La lipodistrofia consiste en el acúmulo localizado de grasa en ciertas ubicaciones por una predisposición genética.
Es así como en los hombres la grasa tiende a acumularse en el abdomen y tórax, mientras que en las mujeres tiende a ser mayor en abdomen, región lumbar y cara interna de los muslos y rodillas.
Como cirujano plástico certificado es frecuente ver pacientes que -pese a haber bajado de peso con dieta y ejercicio físico regular-, no logran eliminar esos molestos “rollitos”.
La mejor forma de hacerlo segura y eficientemente es a través de la liposucción.
En primer lugar se infiltran los tejidos con una solución que limita el sangrado durante la cirugía. Mediante punciones de pocos milímetros y usando un sistema de cánulas conectadas a un motor de aspiración, se extraen mecánicamente las células adiposas rebeldes.
El objetivo de la cirugía es adelgazar la capa de grasa subcutánea y redefinir el contorno corporal. No es posible remover absolutamente toda la grasa de un cierto lugar, ya que ésta cumple funciones importantes en el cuerpo y al intentarlo se pierden glóbulos rojos que pueden llevar a anemia. Asimismo la grasa es el sostén de la piel y si se eliminara toda la grasa la piel quedaría suelta sin soporte.