Rinoplastía
Rinoplastía
Si buscas cambiar definitivamente uno o más aspectos que no te gustan de tu nariz, la rinoplastia es indicada para ti. Mediante esta operación se remodelan los cartílagos y huesos que le dan forma a la nariz.
Para obtener un resultado satisfactorio, lo más importante es identificar concretamente qué te gustaría cambiar. Por ejemplo, son objetivos frecuentes querer reducir la “joroba”, afinar un dorso nasal ancho, afinar o levantar la punta de la nariz, enderezar una nariz desviada o evitar que la punta de la nariz se caiga al sonreír.
Discutir objetivos específicos que quieras modificar permitirá a tu cirujano evaluar la mejor forma de lograrlos en tu caso particular.

Rinoplastia en hombre: fotos antes y después.
La única cicatriz externa está en la columela, sobre el labio, y con el paso del tiempo es prácticamente imperceptible. El resto de la cirugía se hace por vía interna. Si es necesario puede asociarse a una septoplastía para corregir el tabique nasal. El complemento ideal de esta cirugía puede ser la mentoplastía.
En el postoperatorio se usan tapones y una férula termoplástica por una semana, luego taping por lapso variable. No es una cirugía dolorosa. Las principales molestias son la sensación de nariz tapada y los moretones (equimosis) producto de la fractura de los huesos nasales.
Notarás un cambio inmediato, no obstante, el resultado final de una rinoplastia se verá a los 6-12 meses una vez que haya desaparecido toda la hinchazón. En ocasiones es posible palpar pequeños resaltes donde se hicieron los cortes internos.
No asistir a los controles postoperatorios indicados por el cirujano plástico tras una rinoplastía es casi sinónimo de tener problemas con el resultado de una rinoplastía.
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